Oscar Javier Forero Coronel

viernes, 19 de agosto de 2016

LA CANASTA ALIMENTARIA SUPERA LOS 261MIL BS.


El más reciente estudio efectuado sobre los 50 productos que integran la canasta alimentaria de una familia en un mes ascendió a 261.136,95 Bs., lo cual representa un incremento de 7% con respecto a la semana inmediatamente anterior y de 50,14% desde que se comenzó el análisis en la última semana de mayo de 2016, cuando se ubicaba en 173.921,21 Bs.

El estudio denominado "Reporte N° 12. Del 27 de mayo, al 17 de agosto de 2016", ha venido llevando un constante monitoreo sobre el comportamiento de los principales rubros alimenticios que se expenden en los mercados del Municipio San Cristóbal y su comparación con el mercado colombiano, tomando en cuenta la ubicación estratégica de la capital tachirense y los recientes anuncios de reapertura de los pasos fronterizos.

Influye significativamente en este ascenso el reciente anuncio de incremento salarial anunciado por el Presidente de la República Nicolas Maduro Moros y el posterior aprovechamiento que, debido a la estructura económica venezolana, efectúan la larga cadena de intermediarios, lo cual demuestra aún más, los elevados niveles de especulación que conforman el mercado nacional.

Muestra de ello es que, aun cuando según argumenta el sector privado nacional, la economía se encuentra totalmente influenciada por el dólar paralelo, los precios de los alimentos han seguido aumentando a pesar de que el dólar del mercado negro (today) se ha reducido significativamente, más de 16% en los últimos 5 meses.

Por su parte, al analizar el comportamiento que debería tener la canasta alimentaria, en caso de ser influenciada por el dólar paralelo, observamos como las grandes cadenas de distribución de alimentos (intermediarios) registran aumentos de precios cuando se incrementa la divisa norteamericana del mercado no oficial, pero no registra disminuciones cuando esta se reduce, igual situación ocurre con respecto al peso colombiano.

Esta situación se percibe cuando se hace un seguimiento al valor que debería tener la canasta alimentaria conforme a las disminuciones/incrementos del dólar paralelo, arrojando un nivel de especulación que supera el 56% en el valor actual, y que demuestra que un privilegiado grupo económico se está apropiando de altos niveles de riqueza aun suponiendo que en realidad la economia venezolana se encuentra totalmente influenciada por el mercado de divisas no oficial.

Al analizar el comportamiento de la canasta por subclase, observamos como la que mayor incremento de precios presentó en la última semana fue la subclase carnes, pescados, mariscos, leche y huevos, con + 14,21%, seguido por la subclase de frutas, verduras, hortalizas y leguminosas con + 9,19%, mientras la subclase de cereales, grasas, azúcar, café, té y similares tuvo un leve crecimiento de  + 0,18%.

Por su parte, al evaluar el comportamiento desde el inicio de este estudio, podemos apreciar como la subclase que más influye en el salario del venezolano es la de cereales, grasas, azúcar, café, té y similares con + 80,84%, seguido por verduras y frutas con 54,37% y carnes y derivados con 22.20%.

A nivel más especifico podemos apreciar como los productos que mas se incrementaron en la última semana fueron el atún (+ 100%), la caraota (+ 75%) y la leche en polvo (+ 50%) que alcanzó los 6.000 bolívares en el mercado especulativo.

En contraparte los alimentos que mayor reducción de precios presentaron fueron la naranja (- 50%), el mango (- 40%) y la guayaba ( -40%), lo cual se debe a procesos propios de la cosecha y posterior oferta en los mercados.

Comparando desde el mes de mayo, los alimentos que mayor registro de precios presentan son la pasta (+ 350%), la caraota (+ 250%), la arveja (+ 233%) y el café (+ 172%), productos todos de primera necesidad en la cocina del venezolano, que por ser empacados, de fácil almacenaje, y no perecederos en el corto plazo, son aprovechados para su especulación por las mafias generadas en torno a la distribución de alimentos.

Mientras los productos que han presentado reducción de precios con respecto al mes de mayo son la naranja (-71%), guayaba (- 70%), piña (- 42%) y melón (- 42%), productos todos que regularmente presentan alzas o disminuciones de precios dependiendo de las respectivas cosechas.

Por último, conforme al anuncio de incremento en el salario mínimo de los trabajadores y las trabajadoras, la cantidad de salarios que se requieren para cubrir la canasta alimentaria bajo considerablemente de 7,40 salarios en el mes de julio a 4,54 en el presente mes, tomando en cuenta que a partir del primero de agosto el calculo del cesta ticket pasó de 3 a 8 unidades tributarias.

Sin embargo se hace necesario que el gobierno nacional aplique estrategias integrales para proteger el ingreso de los asalariados en general, puesto que el sector privado genera aumentos injustificados de precios de manera permanente, no sólo "justificando" al dólar paralelo, sino cualquier acción que busque dignificar a los trabajadores y trabajadoras.

Estas acciones deben ir encaminadas a combatir las mafias de intermediarios que son quienes se apropian de la riqueza a costa de elevados indices de usura y especulación.


NOTA: En caso de querer observar el estudio completo escribir al correo Oscarjforero83@hotmail.com

lunes, 15 de agosto de 2016

¿Cómo contrarrestar el incremento en el valor del transporte?

Por: Oscar Javier Forero (*)

Hoy 15 de agosto de 2016, los venezolanos y venezolanas despertaron con la noticia del incremento de entre 80 y 150% del transporte urbano y suburbano, un incremento que ya había sido anunciado con antelación por los propios transportistas, pero que había sido pospuesto para tratar de llegar a un acuerdo con gobierno y usuarios, donde evidentemente son estos últimos los más perjudicados dentro de la cadena de comercialización de bienes y servicios.

Anterior a la ejecución de esta subida del transporte, se anuncia un incremento en el ingreso de los trabajadores y trabajadoras, pasando este de 33.636,15 a 65.056,60 bs. lo que representa un 93,41% en términos porcentuales y lo que ante las actuales circunstancias de la economía venezolana, donde se posee un dólar paralelo sobre estimado, con precios de bienes que superan los costos de los mismos productos del exterior, junto con la recién anunciada reapertura de la frontera, favorecerá (aunque no en los términos esperados) el ingreso del trabajador y trabajadora, tan golpeados en los últimos tres años.

No obstante este incremento del transporte ha caído muy mal dentro de la colectividad en general, pues en primera medida no se encuentra autorizado por los entes competentes, en este caso Alcaldías y Ministerio de Transporte y en segunda medida se presenta antes de que se haga efectivo el incremento salarial, el cual comienza a correr desde el mes de septiembre (El aumento debió de ser decretado desde el mes de agosto o julio y no desde septiembre).

Sin ánimos de pretender defender o victimizar al sector transportista, mucho menos a los distintos gremios patronales (denominados sindicatos de transporte) que hacen vida a lo largo y ancho de la geografía nacional, es justo decir que si bien nuestra gasolina continua siendo la más económica del mundo, y en conjunto con otras facilidades como la casi inexistencia de peajes, abaratan los costos de los mismos, por otra parte, los repuestos, cauchos, lubricantes y demás aumentan de manera estratosférica.

Esta situación se debe a un factor en particular: El transporte, así como los pequeños y medianos comerciantes representan el penúltimo escalón de la cadena de comercialización de bienes y servicios, es decir, los transportistas deben transferir buena parte de sus ingresos diarios en comprarle al distribuidor de repuestos, cauchos, lubricantes y baterías, el cual especula con toda la voracidad que lo hace el mercado ante nosotros los asalariados. En pocas palabras, el transportista no es un enemigo, guarimbero, perpetrador de la “Guerra Económica”, especulador o un sinfín de epítetos más; el transportista en todo caso es parte de ese mismo pueblo que se encuentra ahorcado por una economía altamente especulativa, que busca apropiarse de la riqueza de los que menor fortaleza económica y políticamente hablando poseen.

Cuando digo transportista me refiero al pequeño transportista, al que vive en el barrio, al que va al mercado popular, el que desde las 4am se encuentra en la calle, el que llega a su hogar a las 10pm, el que sufre penurias semejantes al asalariado, el que añora que haya un sistema de seguridad social que dignifique al transportista, en ningún momento me refiero a los grandes dueños del transporte, esos que aprovechándose del trabajo ajeno poseen decenas o hasta centenares de autobuses y gandolas.

Es por lo tanto un error, que hayan voceros y voceras del gobierno nacional, así como ciudadanos de a pie, que vean como un enemigo al transportista, pues se desvirtúa la visión de revolución, puesto que en todo momento nuestro ataque, nuestras luchas y nuestra atención se debe centrar en derrotar política y económicamente a los dueños del capital y no a quienes son tan pueblo como nosotros, esa debe ser la razón de ser del chavismo, esa debe ser la premisa de la revolución, entender que este proceso histórico no se trata de “chavistas contra opositores” sino de pobres contra ricos.

Una vez aclarada este punto, ¿Que debe hacer entonces el gobierno nacional?

Es evidente que el Gobierno Nacional no controla, ni podrá controlar (por lo menos en el corto y mediano plazo los precios de los bienes y servicios), pues actualmente no tiene, ni ha querido tener la capacidad política para ello; esto significa que podrán emitirse decenas de decretos y resoluciones de precios que serán obviadas tanto por los conductores como por los propietarios y hasta los propios usuarios, quienes, por ser el eslabón más débil de la cadena, no tendrán más remedio que a regañadientes aceptar los precios que impongan las líneas de transporte.

También es evidente y justo decir que los incrementos en los precios del transporte no poseen por lo menos un estudio minucioso sobre la estructura de costos, que pueda determinar un valor que resulte medianamente favorable tanto para el transportista como para el usuario. Una tarea pendiente que fácilmente podrían hacer los Ministerios de Comercio y Transporte o alguna universidad de manera periódica y pública y que sin duda alguna facilitaría la emisión de decretos y gacetas sobre el tan polémico transporte urbano y extraurbano.

Particularmente considero que el primer paso para establecer un valor aceptable para todos los sectores involucrados es generar mesas de trabajo que sinceren el costo del pasaje y que reconozca la labor significativa que realizan a diario transportistas en aras de dignificar su extenuante faena, se hace necesario por ende que el transportista comience a gozar de estabilidad laboral, de beneficios laborales, de seguridad social, de planes de vivienda, y de principalmente hacer cumplir la ley del trabajo, pues infinidad de choferes trabajan más de 14 horas al día, convirtiéndose esta tarea en una actividad semiesclavizante.

Ante las condiciones actuales de precios, que como ya se dijo, superan con creces los valores internacionales, es muy probable que este arbitrario incremento se encuentre por encima de los requerimientos reales de los transportistas (tomando en cuenta además de la elevada especulación, los altos niveles de zozobra que existe en la calle), por consiguiente se deben generar mesas de trabajo para que en primer termino se evidencie la presencia del Estado venezolano como garante de los derechos de los usuarios pero también garante de mejorar las condiciones de vida de los transportistas, en especial los choferes; y como segunda medida, para comenzar de una vez por todas a realizar estudios serios sobre las cadenas de costos de la economía venezolana.

Con los actuales niveles de vida de la población venezolana, incluyendo el incremento de salario recién anunciado, se hace sumamente difícil cubrir las necesidades básicas de la población en general, más aun cuando el valor del pasaje representa un importante egreso para que los trabajadores y trabajadoras tengas que acudir a sus respectivos espacios de trabajo a ser explotados por un patrón y un mercado que se incrementa con una velocidad mucho mayor a los aumentos salariales.

Por ello considero pertinente que el Presidente de la República, tomando en cuenta el reciente anuncio de eliminar progresivamente el subsidio indirecto y transformarlo por un subsidio directo y personalizado, debe incrementar y unificar el bono de transporte para todos los trabajadores de la administración publica que perciban menos de dos (02) salarios mínimos; dicho bono de transporte debería ser de por lo menos 4mil bolívares mensuales, lo cual no representaría más de 144 millardos de bolívares, lo cual no representa ni el 10% del total de excedentes de recaudación que genera el SENIAT en un año.

Este subsidio iría sola y únicamente para el sector público por varias razones:
1.   Se evitaría una “nueva” justificación para incrementar precios por parte del sector privado.
2.   Obligaría al sector privado a generar estrategias para mejorar las condiciones de traslado de sus trabajadores.
3.   Mejoraría las percepciones de la población en general sobre la gestión de gobierno.
4.   Protegería (por lo menos en ese ámbito) el ingreso del trabajador y el nuevo aumento salarial anunciado.
5.   Garantizaría la asignación de un subsidio directo a quien realmente lo requiera.
6.   Mejoraría las condiciones de vida de los transportistas y de sus familias.
7.   Evitaría una posible paralización de la masa trabajadora, quien de seguir estos incrementos de pasaje de la forma en que van preferirá quedarse en su casa, pues tendrá que pagar casi el 100% de su ingreso mensual tan sólo para movilizarse.

Si bien este tipo de acciones no frenaran la vorágine especulativa que ahorca a los asalariados y a los pequeños y medianos comerciantes (en este caso los transportistas), si pueden generar insumos y estrategias que sirvan para poco a poco recobrar el poder adquisitivo que tuvimos los trabajadores hace apenas un par de años.

(*) Economista social e investigador.
Twitter: @oscar_forero83
Sugerencias y comentarios a: Oscarjforero83@hotmail.com



viernes, 12 de agosto de 2016

LA CANASTA ALIMENTARIA COMIENZA A DESCENDER (De 248mil bajó a 244mil)

La canasta alimentaria que se viene midiendo en el estado Táchira, específicamente ne la ciudad de San Cristóbal, disminuyó en casi 5mil bolívares con respecto a la semana inmediatamente anterior, ello representa un descenso de 1,98%, el segundo registrado desde el inicio del estudio hace once semanas; sin embargo si medimos la variación general de la canasta alimentaria que reúne 50 artículos de primera necesidad, tenemos que ésta ha crecido en 40,3%, lo cual resulta un alza sumamente significativa para el bolsillo de la población mayoritariamente asalariada.


Para el caso especifico de las subclases, se observa durante la última semana que la que mayor incremento presenta es la de carnes, pescados, mariscos, leche y huevos, con - 15%, seguido por la subclase de frutas, verduras, hortalizas y leguminosas con – 5,34%, mientras la única subclase que presentó incremento fue la de cereales, grasas, azúcar, café, té y similares con + 13,71%. Mientras que a nivel general la subclase que mayor variación presenta es la de cereales, grasas, azúcar, café, té y similares con + 80,51%, seguido por verduras y frutas con 41,38% y carnes y derivados con 7%, esto último se debe a algunas características particulares: 1.- Los productos de la subclase de cereales, azúcar, grasas y demás se comercializan con productos empacados que provienen de las grandes cadenas de distribución de alimentos. 2.- Su fecha de caducidad o vencimiento es larga en el tiempo, además que no requieren refrigeración. 3.- Representan alimentos que no poseen sustitutos en las otras subclases. 4.- Representan alimentos esenciales para la dieta del venezolano.


De manera más detallada, los alimentos que mayor incremento de precios presentaron entre el 03 y el 10 de agosto corresponden a la subclase de frutas y hortalizas, sin embargo porcentualmente quien más creció fue la avena y sus derivados con 233,33%, siendo ya costumbre que las grandes cadenas de producción y distribución de alimentos esconden los productos, en este caso especifico la avena, para "justificar" su incremento.


En contraparte los alimentos que mayor reducción de precios presentaron con respecto a la última semana se encuentran encabezados por el atún -75% y la sardina -50% (sustitutos de la carne), las leguminosas (lenteja 28% y caraota 20%) y las carnes (mortadela -11%, hígado -09%, carne de pollo -08%), evidenciándose que la disminución en el consumo de estos alimentos obligó a bajar los precios de los establecimientos.



De manera general, es decir, desde el mes de mayo, quienes mayor incremento de precios han tenido son la pasta 400%, avena 275%, arveja 177%, café 136%, cambur 128%, ocúmo 125%, azúcar 100%, yuca 100% y caraota 100%, todas estas por encima del 100%, lo cual resulta evidentemente exponencial e injustificable.



Por su parte el atún, la guayaba y la sal presentaron una reducción de -70, -50 y -50% respectivamente, siendo relativamente bajos si lo comparamos con los alimentos que mayor incremento presentaron. Es decir, los alimentos que aumentan lo hacen con más intensidad que los que disminuyen.



Esta situación ha generado que el salario mínimo se mantenga alejado de las necesidades reales de ingreso de la población, pues a la fecha se requieren de 7,26 salarios mínimos para cubrir la canasta alimentaria, algo que evidentemente pueden, en las actuales circunstancias económicas, pocas familias de la ciudad.




Los precios de los alimentos no poseen ninguna justificación con respecto al exarcerbado incremento que presentan, si bien el dólar DICOM viene en franco aumento, el dólar paralelo viene en reducción, esta situación no se ha visto reflejada en el bolsillo del venezolano, pues los precios continúan galopantes con estimaciones poco alentadoras.




Este elevado valor de la canasta obliga a las familias reducir sus niveles de consumo,
inicialmente descapitalizándose o asumiendo deudas (por medio de tarjetas de crédito por
ejemplo), posteriormente sustituyendo alimentos y en una tercera fase priorizando necesidades de
subsistencia, lo cual podría conllevar, de no tomarse los correctivos necesarios en que el actual
escenario conducirá a revertir los avances logrados durante el período 1999-2014, pues son los
pobres y asalariados los principales sectores afectados.

¿PERDIMOS LA ÉTICA SIN DARNOS CUENTA? Corrupción, ineficiencia y falta de claridad ideológica tienen en jaque a la revolución.

Por: Oscar Javier Forero (*).

La Revolución Bolivariana es el significado de muchos años de luchas, de batallas perdidas, de torturas, asesinatos y desapariciones, de injusticias y de principalmente la descomposición de un sistema bipartidista, digo principalmente porque es la exclusión, el populismo, la desidia, el abandono y la corrupción descarada de un sector minoritario de la sociedad por sobre la gran mayoría empobrecida y relegada, la dinamita que derrumbó la denominada y otrora todopoderosa IV república, haciendo posible la llegada al poder de un movimiento nacionalista, plagado de nuevos y experimentados liderazgos alejados en su gran mayoría de los partidos tradicionales Acción Democrática y COPEI. De no ser por este sistemático proceso de descomposición social, difícilmente habría llegado al poder una opción alterna a estos dos partidos.
Para tener una idea de los niveles de exclusión, corrupción y desidia de los últimos años de la IV república basta con revisar que tan sólo el 1,07% de la población, es decir cuatro mil familias vivían en la opulencia, el 7,09% cerca de quince mil familias vivían en relativo confort, la clase media apenas superaba el 13% de los venezolanos, el 37,6% lo representaban familias obreras que a duras penas ganaban el sueldo mínimo y el 40,34% de los venezolanos se encontraban marginados en situación de pobreza crítica (Diario El Globo 26/02/1993); Este repugnante modelo de distribución unipolarizada de la riqueza venezolana, donde banqueros, empresarios y demás ladrones de cuello blanco veían como sus ingresos crecían con la misma velocidad que se empobrecían las clases menos pudientes, a la sombra de un Estado manejado por factores corrompidos, incapaces y defensores del capital que se encontraban inmersos en la burbuja del confort, ignorando la realidad latente de las calles y de los campos venezolanos, fue, como ya se dijo, el detonante que trajo a la izquierda venezolana al poder, algo inimaginable unos años atrás, cuando los partidos opuestos a la cúpula adeco copeyana no superaban el 10% del total de votación en el mejor de los casos.
Una vez en el poder, la Revolución Bolivariana lleva a cabo una serie de políticas sociales que buscaron como primera medida garantizar la inclusión de los sectores excluidos; recurrentemente el Comandante Chávez hablaba de visibilizar al invisibilizado, es así como comienzan a florecer experiencias exitosas a lo largo y ancho del territorio venezolano: Las personas con diversidad funcional dejaron de ser “inválidos”, los otrora iletrados dejaron de ser “analfabetas”, los pobres dejaron de ser “indocumentados”, las mujeres dejaron de ser “amas de casa” para irse a estudiar y a organizar sus comunidades, y los estudiantes de bajos recursos dejaron de tener como única opción el “INCE”, nació la UBV y la UNEFA, creció la UNELLEZ y la Simón Rodríguez y las demás universidades queriendo o no ampliaron su matrícula universitaria. En general, el proceso de inclusión de los primeros diez años de Revolución fue un hecho pocas veces visto en el mundo.
Sin embargo, y a pesar de ser éste el principal logro de la Revolución, también ha sido, por la falta de coherencia ideológica, su principal enemigo. Pensar y hacer pensar que se había logrado o se estaba viviendo en Socialismo por mejorar las condiciones económicas y sociales del grueso de la población creó en el imaginario del venezolano la falsa imagen de que el sistema socialista consistía en que cada familia tuviera dos y tres neveras, cinco televisores de última tecnología, dos lavadoras, calentadores, aires acondicionados, carros, becas, viajes subsidiados al exterior, tablets, tarjetas de crédito, teléfonos casi regalados y otros muchos beneficios alcanzados “sólo en socialismo”, convirtiendo la compleja tarea de construir la sociedad socialista en una simple y vacía frase con una praxis política keynesiana, rentista y subsidiaria que exacerbó, en la cotidianidad familiar y colectiva, los más profundos antivalores capitalistas.
Era necesario, (urgente para este momento histórico), aclarar que el socialismo no se hace creando un estado pasivo de falso confort, mientras los medios de producción continúan en manos de grupos oligárquicos, o en el mejor de los casos, en manos de un Estado burocrático, altamente corrompido y que lo acepte o no, juega a favor de los factores hegemónicos de poder, generando en muchos casos niveles de explotación y alienación laboral superiores a los de la empresa privada. Era necesario aclarar que el socialismo no entra por los bolsillos sino por la conciencia del ser humano, era por ende, indispensable aclarar que el “buen vivir” o el “vivir viviendo”, no era una tarjeta de crédito, sino un estadio de desarrollo y paz tanto a lo interno del ser humano como con la pacha mama.
Este importante e ignorado detalle, comprendido por el Comandante Chávez en los últimos momentos de su vida cuando se identificó como marxista (después que años atrás lo había rechazado de plano), anunciado en un apocalíptico mensaje llamando a efectuar un “golpe de timón”, nos está pasando factura en estos momentos cuando la crisis no termina de llegar a su punto de quiebre, haciéndose cada día que pasa más dramática, compleja y nociva en el común de la sociedad venezolana.
Si bien este proceso de crisis dentro de la Revolución Bolivariana como movimiento político y dentro de la propia sociedad, presentaba síntomas ya alarmantes desde los primeros años de la V república, (recordemos el termino gramsciano usualmente mencionado por Chávez de la lucha entre lo viejo que no acaba de morir y lo nuevo que no acaba de nacer), es con la muerte del propio Presidente que estalla. La corrupción pública y privada, el amiguismo, el nepotismo, la usura, el acaparamiento, el desfalco a la nación, la ineptitud, el contrabando, la delincuencia, la desidia, el abandono, la mediocridad y el darwinismo social son fenómenos propios y coexistentes dentro de la sociedad capitalista, éstos se encontraban en la gran mayoría de los casos contenidos por la estrecha conexión existente entre el líder de la Revolución y el grueso de los venezolanos, no en vano Gino Gonzáles en una de sus más reconocidas canciones interpreta, refiriéndose a la simbiosis Pueblo-Chávez

Aquí en este proceso nosotros somos la leña, también somos la candela, el agua y el condimento, pero no estaría completo si faltara el Comandante, porque es el alma, el cuerpo y aliño más importante”.

Aún con el Comandante en vida pero convaleciente, se dieron evidentes muestras de improvisación, mentira y fuga de información; una vez fallecido desde la conducción de la Revolución se comenzó por calculadamente endiosarlo, mitificarlo e incluso dogmatizarlo para así justificar la nueva etapa “post Chávez”, con “demonios desatados” enriqueciéndose a nombre del socialismo y de Chávez, entregados a las complacientes propuestas de grupos empresariales tradicionales y de reciente data, para en un abrir y cerrar de ojos desbaratar la mayoría de los logros y avances de la Revolución, conduciéndonos a la enorme crisis política, económica, social y cultural que estamos viviendo, la cual podríamos resumirla como una grave crisis de ética, que resultó de no terminar de matar al sistema que estaba sucumbiendo y de, por falta de claridad ideológica, no permitir que naciera la semilla que estaba germinando.
Ante semejante error que difícilmente la historia y los pueblos de América Latina nos perdonarán, pues estamos desechando una oportunidad que, como se dijo al inicio de este artículo, ocasionó miles de muertos, desaparecidos, torturados y excluidos a lo largo de las distintas luchas de los pueblos por conquistar el poder y por demostrar que otro mundo mejor, alejado de la podredumbre del sistema capitalista, es posible, cabe la siguiente pregunta que si bien derivará indiscutiblemente en otras interrogantes, es la base para tratar de entender lo que actualmente nos ocurre como movimiento político y como sociedad ¿En qué momento perdimos la ética sin darnos cuenta?.
Si la Revolución Bolivariana como movimiento que germinó de las luchas populares, del calor del pueblo y de la verdad histórica de que la razón está del lado de quienes creemos en un mundo de iguales; si los revolucionarios estamos plenamente convencidos de nuestro papel ante la historia; si sabemos que la principal lucha es la ideológica; si creemos e incluso promovemos la batalla de ideas; si el corroído sistema capitalista con su variante neoliberal es un sistema absolutamente indefendible tanto en lo ideológico como en lo cuantitativo; si entendemos y comprendemos que “la única lucha que se pierde es la que se abandona”:
¿cómo explicar entonces en qué momento pasamos de la acción a la reacción sin siquiera darnos cuenta?
¿En qué momento dejamos de mostrar nuestros aciertos para estar pendientes de los desaciertos de la derecha?
¿Porqué permitimos que nuestro discurso se base en argumentar que nosotros somos malos pero que la derecha es peor?
¿Porqué darle tan mal tratamiento a noticias como la ocurrida en Tumeremo?
¿Porqué esperar que sea la derecha quien ponga la agenda mediática sobre la mesa para luego replicar?.
Si los procesos revolucionarios deben permanentemente evaluarse; si éstos deben estar colmados de objetividad y raciocinio; si ser revolucionario es ser, como permanentemente lo decía el propio Chávez, Radical, yendo y analizando la raíz del problema; si la crítica y auto crítica son procesos esenciales; si sabíamos que no todos los que dicen ser “Hijos” de Chávez lo son; si “decir la verdad es un acto revolucionario”:
¿Cómo explicar que por arrogancia satanizamos a quienes no le dicen “amén” a todas las desviaciones que desde los distintos niveles de gobierno se hacen?
¿Porqué atacar y vilipendiar al crítico revolucionario pero recibir con los brazos abiertos al “salta talanquera” de derecha?.
Si Chávez murió amado por su pueblo, con colas interminables de gente; si su voz y su ejemplo recorrieron el mundo entero; si entre tantas acusaciones falsas que le hicieron (dictador, loco, santero, violador de derechos humanos, financiador de terrorismo, entre otras) jamás pudieron acusarlo de corrupto; si Chávez es y representa las luchas de Miranda, Bolívar, José Tomas Boves, Ezequiel Zamora y Alí Primera; si Chávez es y representa las luchas de los descalzos, los negros, los indios, los pata en el suelo, los “ninguneados”:
¿Porqué permitimos que ser chavista dejará de ser, ante el común de la gente, símbolo de humildad, para convertirse en un abrir y cerrar de ojos en símbolo de amiguismo, corrupción, nepotismo y charlatanería?
¿Porqué dejamos que eso pasara si seguro estoy que la gran mayoría de los revolucionarios somos honestos de corazón y militantes por convicción?.
Si gracias a Chávez nació la unión pueblo-fuerza armada; si los de a pie dejamos de verlos como un cuerpo represivo al servicio de las élites que gobernaban Venezuela; si con el despertar del pueblo despertó buena parte de los mandos medios y bajos de la FANB; si interminables veces trabajaron de la mano y como una sola fuerza comunidades enteras con Soldados, Tenientes, Coroneles y hasta Generales; si los cuarteles están plagados de jóvenes de barrio honestos y trabajadores:
 ¿En qué momento la Fuerza Armada Nacional Bolivariana perdió el reconocimiento que tenia ante el pueblo?.
Si afirmamos que le eficacia y la eficiencia no pueden estar reñidas con la Revolución; si sabemos que en el socialismo no entra la mediocridad; si estamos obligados a no fallar para no darle herramientas a la contrarevolución; si Chávez dio su vida por no frenar el avance de este proceso histórico; si Ernesto Guevara nos advirtió que “El socialismo es la ciencia del ejemplo”:
¿Porqué premiamos la ineptitud?
¿Porqué no hemos sido capaces de deslastrarnos de personajes que le hacen un daño inmenso e irreparable a la Revolución?
¿Porqué no hemos sido capaces de colocar tras las rejas a los bandidos que desde este lado de la acera se han hecho multimillonarios a costa del sacrificio y la necesidad de un pueblo?.
Si promovimos la democracia participativa y protagónica; si defendimos la Constitución cuando estuvo en peligro aquel nefasto 11, 12 y 13 de abril; si llegamos al poder producto de la exclusión que generó la IV república; si decimos pretender construir el socialismo; si argumentamos que el capitalismo es excluyente:
¿Cómo es que pretendemos refundar la patria con los vicios de la IV república?
¿Cómo procuramos construir socialismo con exclusión?
¿Cómo pretendemos incrementar los 5,8 millones de votos de las últimas elecciones cuando exigimos que los subsidios, alimentos, beneficios y becas que distribuye el Gobierno venezolano sean sólo para un pequeño puñado de personas?
¿Cómo decimos defender la democracia participativa y protagónica si cohibimos a los ciudadanos y ciudadanas no afectas a la Revolución al momento de integrar una comuna o un consejo comunal?
¿Porqué sí permitimos que un burócrata pintado de rojo presida una institución, una gerencia o peor aún un ministerio?.
Si esta Revolución nació en las calles de los sectores populares; si esta Revolución nació en las zonas rurales junto al campesino; si la conexión Chávez-pueblo era elemental mantenerla; si el grueso de la masa revolucionaria se encontraba en los barrios, las aldeas y los caseríos; si las calles son del pueblo y no de la burguesía:
¿Porqué perdimos la calle?
¿En qué momento perdimos la conexión con el pueblo sin siquiera darnos cuenta?
¿Porqué la dirigencia del Ministerio de Alimentación y de la SUNDDE se encerraron en una oficina a dictar decretos totalmente alejados de la realidad sobre alimentos de primera necesidad?
¿Porqué no hemos sido capaces de explicar eso que llaman “guerra económica”?
¿Porqué si es una guerra le continúan dando dólares preferenciales a los grupos oligárquicos para que hagan fiesta con el bolsillo y la necesidad del pueblo?
¿Porqué en vez de anunciar beneficios para los grupos de poder no nos la jugamos con el pueblo?.
Si Chávez nos enseñó que la patria era de todos; si de igual forma aprendimos que PDVSA nos pertenecía; si supimos que teníamos debajo de nuestro suelo miles de millones de barriles de petróleo; si supimos que contamos con trillones de pies cúbicos de gas; si Chávez nos dijo que tenemos enormes reservas de tantalio, de coltan y de oro; si nos dijeron que los militares regresarían a sus cuarteles:
¿Porqué permitimos que se forme una empresa militar para la extracción de petróleo y demás minerales?
¿En qué nivel de letargo nos encontramos para permitir que la transnacional Gold Reserve venga a saquear nuestras riquezas minerales dejando daños irreversibles a nuestro ecosistema?.
Si el socialismo se hace en las calles; si los problemas hay que vivirlos y padecerlos frente al pueblo; si en tiempos de crisis el pueblo espera respuestas mediatas e inmediatas que le aporten soluciones efectivas ante las penurias que se viven; si la mejor forma de decir es hacer:
¿Porqué encerrarnos en una burbuja llamada twitter?
¿Porqué el PSUV le da tanta importancia a “etiquetas”, mega twiteos y demás?
¿Porqué nuestra dirigencia de forma errada ve como un “logro de la Revolución” que seamos “tendencia” nacional, mundial o interplanetaria?
¿Acaso eso le importa a la gran mayoría de los venezolanos que diariamente hacen colas para adquirir alimentos y medicinas?
¿No sería mejor hacer la gestión de gobierno desde la calle?
¿No sería mejor conectarse con la realidad del pueblo que esperar que el pueblo se conecte con la “realidad” del partido?.
Por último, consciente de que faltan cientos de preguntas más por realizar, es necesario que retomemos la senda del triunfo, la crisis ética que vivimos en este momento nos lleva como revolucionarios a saberla interpretar para, a partir de ella, generar estrategias que conduzcan a realizar acciones y argumentos cónsonos con las exigencias del pueblo, el Comandante Chávez como excelente estratega sacó a relucir sus mejores decisiones en los momentos más difíciles. Es tarea del grueso de los revolucionarios, esos que sin titubear creemos en el socialismo, esos que apoyamos esta causa por convicción y no por condición, esos que no le decimos “amén” a todo lo que desde el alto gobierno se hace, asumir posturas revolucionarias, radicales y alejadas de los vicios de antes y de ahora que en definitiva son los mismos.

(*) Economista social e investigador.
@oscar_forero83
Publicado originalmente el 13/03/2016.
Revisado el 12/08/2016

jueves, 4 de agosto de 2016

VEA EL MÁS RECIENTE ESTUDIO SOBRE LA COMPARACIÓN DE PRECIOS ENTRE COLOMBIA Y VENEZUELA.



Conforme a la muy posible apertura de los pasos fronterizos, el Observatorio de Precios del estado Táchira ha publicado el más reciente estudio sobre los precios de los productos de la canasta alimentaria en comparación con el mercado interno colombiano, para determinar los rubros que específicamente resultan más costosos y más económicos en el vecino país, dicho estudio ha sido realizado consultando las páginas web www.corabastos.com de la Corporación de Abastecimiento de Bogotá (CORABASTOS), la mayor central de abastecimiento del país y www.exito.com una de la más grandes cadenas de supermercados con presencia en las principales ciudades colombianas; por su parte la información referente al mercado venezolano fue obtenida por medio de encuestas propias del Observatorio de Precios, realizada en la fronteriza ciudad de San Cristóbal, estado Táchira, mientras la tasa de cambio calculada fue de 2,5 bolívares por peso, conforme a lo estipulado por las casas de cambio instaladas en la ciudad de Cúcuta.
El estudio arrojó que el 50% de los productos analizados, es decir 25 rubros, son más económicos del lado venezolano que del lado colombiano, destaca que dentro de la investigación, el 66% de estos alimentos corresponden a la sub clase de carnes, pescados, leche, huevos y derivados, lo cual denota que la población venezolana tiene mayor amplitud de compra de proteína animal del lado venezolano que del lado colombiano. Esto repercutirá, una vez aperturados los pasos fronterizos, en el ingreso de ciudadanos desde territorio colombiano para adquirir buena parte de esta sub clase, lo cual podría generar un incremento de precios por el aumento de la demanda.



Por su parte, 18 productos resultan más costosos del lado venezolano, lo cual representa un 36% del total de alimentos estudiados, denotándose que la mayoría se encuentra compuesta por la sub clase de frutas, verduras, hortalizas, leguminosas y tubérculos, con mayor incidencia en la proteína vegetal (leguminosas), que presenta desde 177% de incremento en la arveja, 212% frijol y 214% caraota, lo cual motivará a la movilización de venezolanos hacia territorio neogranadino en busca de estos alimentos.



De igual forma, existen 6 rubros que poseen un costo muy semejante en ambos mercados, estos son: Arroz, pimentón, harina de maíz, cambur y piña, los cuales presentan diferencias que en ningún caso superan el 10% hacia arriba o hacia abajo, lo cual se considera un valor muy pequeño para que sea atractivo a los potenciales compradores.



Por último, al comparar el consumo de una familia de 3,79 personas (promedio de personas por familia de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística para el estado Táchira), el costo total de la canasta alimentaria en territorio venezolano superaría los 248mil bolívares, por su parte la misma canasta alimentaria adquirida en el mercado colombiano, equivaldría a 267mil bolívares, lo cual representa un incremento de 19mil bolívares o 7,60%.



Es evidente que aún con una economía altamente especulativa, con una tasa de cambio arbitraria, que indiscutiblemente favorece a la moneda colombiana, y con un proceso hiperinflacionario en pleno apogeo, la mayoría de productos venezolanos resultan más económicos que los alimentos colombianos. Sin embargo existen variables que incentivan la movilización de venezolanos hacia la ciudad de Cúcuta a efectuar compras, entre ellos tenemos, la escases, las restricciones de compras (por número de cédula) y las inmensas campañas mediáticas de los medios de comunicación del vecino país, tan influyentes dentro del común de la población tachirense.