Oscar Javier Forero Coronel

miércoles, 1 de febrero de 2017

¿TIERRA Y HOMBRES LIBRES?



Por: Wilson Rodríguez.

A doscientos años del natalicio del general de Hombres Libres, sería bueno, además de las justas conmemoraciones y decenas de referencias publicadas en estos espacios, hacer una reflexión en torno a la lucha por la tierra en nuestro país.

La proclama de Revolución Bolivariana, fundamentada en el “Árbol de las tres raíces” supone un rico y diverso confluir de pensamientos autóctonos, eminentemente liberadores, para orientar el proceso de cambio al que el pueblo venezolano le ha demostrado su apoyo en las urnas. Para no entrar en aguas muy profundas, pero haciendo una pequeña referencia a lo que es una verdad incontrovertible, debemos decir que los procesos de desconcentración de la tierra y la producción nacional para construir la Soberanía e Independencia Alimentaria no han dado los frutos esperados.


Reiteradamente desde el ejecutivo nacional y desde todas las tribunas políticas, se ha hecho el llamado a producir los alimentos que consumimos para superar la dependencia importadora en manos del gran capital privado. En estos momentos ese llamado se convierte en una necesidad angustiosa.

Esta tarea fue asumida por miles de campesinos, que optimistas empuñaron en todo el territorio nacional charápos, picos y escardillas para labrar la tierra. Se organizaron cooperativas, consejos campesinos, comunas agrícolas y diversos colectivos dispuestos a dar la batalla. 

La principal reivindicación del campesino ha sido históricamente la necesidad de la tenencia de la tierra. En pleno siglo XXI continúan existiendo relaciones de producción semifeudales, donde un señor terrateniente se proclama dueño de las mejores tierras y los campesinos pobres se ven sometidos a trabajar como los antiguos siervos de la gleba. Fue justamente contra esas condiciones de explotación que se levantó Ezequiel Zamora con su grito de “Tierra y hombres libres, horror a la oligarquía”.

El reto de construir la Soberanía Alimentaria, no solamente entra en contradicción con el negocio de importación de alimentos, sino que es un reflejo de la Lucha de Clases. Requiere reformas estructurales en el campo; una de ellas es la lucha contra el latifundio improductivo. Entregar las tierras a los campesinos que históricamente las han trabajado.

En el marco de la conmemoración los doscientos años del natalicio del General del Pueblo Soberano, cabe mencionar que aún continua preso, después de un mes y veintiséis días de injusta detención, el compañero Roberto Garay Carrillo por luchar contra el latifundio improductivo en plena Revolución Bolivariana.

Roberto Garay Carrillo es un hombre de 68 años, escritor, productor, dirigente campesino e integrante del Colectivo de Campesinos Javier Guerrero del municipio Fernández Feo. Como militante del PSUV, se ha  destacado por su incansable trabajo de formación política e ideológica dentro de las filas chavistas. Fue responsable municipal de la Misión Países Hermanos. Le fue otorgado el estatus de refugio político cuando llegó a tierras venezolanas para salvar la vida que pensaban cegar los paramilitares, quienes lo habían sentenciado por ser activo dirigente de una familia comunista en el departamento del Meta, en los llanos colombianos.

A este hombre, de conducta ejemplar lo quisieron hacer pasar como el jefe de una peligrosa organización paramilitar dedicada a la extorsión y el tráfico de marihuana en el sector La Isla de Betancourt, parroquia Alberto Adriani, municipio Fernández Feo del estado Táchira. Varios medios de comunicación regionales y nacionales exhibieron una fotografía suya, junto a las pruebas que le sembró la comisión del CONAS (Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro) de la GNB que lo retuvo sin orden judicial alguna. Lo que no mencionaron estos medios es que Roberto viene liderando, junto a otros campesinos sin tierra, un proceso de lucha contra el latifundio improductivo en este rincón de la Patria grande desde 2012.

Quienes conocemos a Roberto y su trayectoria política, sabemos que tras este burdo montaje se ocultan poderosos terratenientes y ganaderos de la zona, con influencia en sectores políticos, económicos y militares más allá de los límites del municipio Fernández Feo. Durante estos años de lucha legal y apegada a las leyes venezolanas, los integrantes del Colectivo de Campesinos Javier Guerrero se han tenido que enfrentar, no solamente a las amenazas e intimidaciones del señor Alberto Laporta y sus oscuros aliados, sino a funcionarios corruptos en distintas esferas del poder político e instituciones oficiales a donde han acudido con sus justos reclamos.

A doscientos años del natalicio del General Ezequiel Zamora, bien vale la pena preguntar si esa consigna de Tierra y Hombres Libres tiene alguna vigencia para quienes hoy rinden homenaje a Zamora, pero callan frente a la injusta y criminal detención del compañero Roberto Garay.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario