Tres años de sequía tienen a Brasil, primer productor mundial de café, al borde de estrenarse como importador del grano.
No se trata de una decisión cualquiera, sino de un hecho histórico ya que la compra externa sería de la variedad robusta (no suave), es decir, la misma que se produce en ese país.
La decisión de importar, que ha sido solicitada por los industriales de café instantáneo, y algunos de los agentes del sector, será tomada mañana por la Cámara de Comercio Exterior (Camex), un organismo estatal del que hace parte el Presidente de la República.
La autorización de importación café robusta sería de unas 60.000 toneladas de grano verde, es decir, el equivalente a un millón de sacos de 60 kilos de tipo exportaciones de Colombia. La propuesta del Ministerio de Agricultura del país vecino es que se haga de manera temporal, mientras se normaliza el abastecimiento del grano, indicó el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Roberto Vélez.
Un reporte del diario económico Financial Times, revela que quienes están a favor de ingresar a Brasil café robusta de Vietnam, aseguran que esa materia prima brasileña se ha encarecido en los últimos cinco años, debido a la reducción de la producción en un 60%, generada por las continuas sequías. El producto corresponde a un tipo de grano conocido como conilón, que se cultiva en Bahía y Espirito Santo, muy similar al que se conoce en Colombia como pasilla, y que, este caso, es una mezcla de grano ‘paloteado’, verde, y maduro.
Los empresarios brasileños que están a favor de las importaciones sostienen que las industria del café instantáneo está en dificultades ya que en un momento los precios del café robusta se nivelaron con los arábicos, a pesar de que siempre han sido más baratos. Aseguran que, a pesar de que en los últimos dos meses los precios han disminuido un poco, la diferencia es mucho menor que hasta hace unos años.
Los industriales sostienen que si no se aprueban las importaciones, los ingresos del sector no solamente se verían afectados, sino que el país perdería el tercer lugar que ocupa en el mundo entre los abastecedores de café liofilizado o instantáneo. En la actualidad, ese país suramericano admite las importaciones de café, que efectivamente se han realizado pero no de las variedades robustas.
Hasta ahora, Brasil ha realizado pequeñas importaciones de cafés arábica o suaves, pero no lo ha hecho con robustas. El arancel existente para este tipo de compras en el exterior es del 10%, pero la propuesta que se está estudiando es reducir este impuesto a solo el 2% por ciento, con el fin de que los industriales puedan tener acceso a este tipo de materia prima en el mercado internacional.
La causa principal de la reducción de la producción de café robusta obedece a que, como consecuencia del fenómeno de ‘El Niño’, el Gobierno prohibió el uso del agua de los ríos y las quebradas para riego de cultivos, con el fin de garantizar el uso del líquido para el consumo humano.
‘En Colombia no se sentiría un gran efecto por esta medida’
El gerente de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Roberto Vélez, le dijo a Portafolio que la decisión de Brasil no tendrá un gran efecto en Colombia, debido a que el café robusta no se produce en el país.
El tema tiene que ver con la caída de la producción del denominado ‘conilón’, cuya cosecha esperada para el 2016 era de 13 o 14 millones de sacos y solo lograron 7 u 8 millones, mientras que la demanda interna es de unos 20 millones de sacos. “Parece que la importación de ese millón de sacos será una realidad en los próximos días”.
El dirigente gremial dijo que en la Bolsa de Nueva York aún no ha habido un efecto en los precios del café por la escasez. “La mayor parte de la producción de Brasil también son arábicos, incluso en 2016 hubo una cosecha récord. Lo que pasa es que este tipo de café no requiere de riego”.
No se trata de una decisión cualquiera, sino de un hecho histórico ya que la compra externa sería de la variedad robusta (no suave), es decir, la misma que se produce en ese país.
La decisión de importar, que ha sido solicitada por los industriales de café instantáneo, y algunos de los agentes del sector, será tomada mañana por la Cámara de Comercio Exterior (Camex), un organismo estatal del que hace parte el Presidente de la República.
La autorización de importación café robusta sería de unas 60.000 toneladas de grano verde, es decir, el equivalente a un millón de sacos de 60 kilos de tipo exportaciones de Colombia. La propuesta del Ministerio de Agricultura del país vecino es que se haga de manera temporal, mientras se normaliza el abastecimiento del grano, indicó el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Roberto Vélez.
Un reporte del diario económico Financial Times, revela que quienes están a favor de ingresar a Brasil café robusta de Vietnam, aseguran que esa materia prima brasileña se ha encarecido en los últimos cinco años, debido a la reducción de la producción en un 60%, generada por las continuas sequías. El producto corresponde a un tipo de grano conocido como conilón, que se cultiva en Bahía y Espirito Santo, muy similar al que se conoce en Colombia como pasilla, y que, este caso, es una mezcla de grano ‘paloteado’, verde, y maduro.
Los empresarios brasileños que están a favor de las importaciones sostienen que las industria del café instantáneo está en dificultades ya que en un momento los precios del café robusta se nivelaron con los arábicos, a pesar de que siempre han sido más baratos. Aseguran que, a pesar de que en los últimos dos meses los precios han disminuido un poco, la diferencia es mucho menor que hasta hace unos años.
Los industriales sostienen que si no se aprueban las importaciones, los ingresos del sector no solamente se verían afectados, sino que el país perdería el tercer lugar que ocupa en el mundo entre los abastecedores de café liofilizado o instantáneo. En la actualidad, ese país suramericano admite las importaciones de café, que efectivamente se han realizado pero no de las variedades robustas.
Hasta ahora, Brasil ha realizado pequeñas importaciones de cafés arábica o suaves, pero no lo ha hecho con robustas. El arancel existente para este tipo de compras en el exterior es del 10%, pero la propuesta que se está estudiando es reducir este impuesto a solo el 2% por ciento, con el fin de que los industriales puedan tener acceso a este tipo de materia prima en el mercado internacional.
La causa principal de la reducción de la producción de café robusta obedece a que, como consecuencia del fenómeno de ‘El Niño’, el Gobierno prohibió el uso del agua de los ríos y las quebradas para riego de cultivos, con el fin de garantizar el uso del líquido para el consumo humano.
‘En Colombia no se sentiría un gran efecto por esta medida’
El gerente de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Roberto Vélez, le dijo a Portafolio que la decisión de Brasil no tendrá un gran efecto en Colombia, debido a que el café robusta no se produce en el país.
El tema tiene que ver con la caída de la producción del denominado ‘conilón’, cuya cosecha esperada para el 2016 era de 13 o 14 millones de sacos y solo lograron 7 u 8 millones, mientras que la demanda interna es de unos 20 millones de sacos. “Parece que la importación de ese millón de sacos será una realidad en los próximos días”.
El dirigente gremial dijo que en la Bolsa de Nueva York aún no ha habido un efecto en los precios del café por la escasez. “La mayor parte de la producción de Brasil también son arábicos, incluso en 2016 hubo una cosecha récord. Lo que pasa es que este tipo de café no requiere de riego”.
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