El Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia, realizó un detallado informe que resume las atrocidades que ha recogido el conflicto armado que sufre este país desde hace más de 60 años. Dicho informe analiza el origen de la guerra, las dimensiones e impacto de esta, las victimas, los victimarios y gran parte de los fenómenos que han conllevado a la sociedad colombiana a enfrentarse entre sí en un conflicto que parece no tener fin.
A continuación le presentamos un resumen con las principales estadísticas que presenta el informe, el cual puede ser descargado en su totalidad en la página web http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/micrositios/informeGeneral/descargas.html.
Esperamos que la publicación de estas estadísticas contribuyan a comprender la realidad del conflicto armado colombiano, más allá de posiciones mediatizadas, sesgadas y hasta reaccionarias, que sólo sirven para crear más combustible que expande la llama del odio y la intolerancia.
En total, estadísticamente 56 municipios de Colombia han sido los más afectados del conflicto armado, la mayoría de ellos se encuentran en las zonas rurales, donde el Estado hace poca o muy poca presencia, de igual forma es alarmante la complicidad entre el paramilitarismo y las fuerzas del orden público donde el 52% de los asesinatos selectivos fueron realizados por estos dos grupos bien sea de manera individual o en acción conjunta y un 29% por grupos armados no identificados (posiblemente ligados a grupos de exterminio del propio Estado). Al mismo tiempo, el 68% de las masacres ocurridas han sido también bajo la acción del clan paramilitarismo-Estado. Ello denota la critica situación que padecen las comunidades vulnerables, no pasando por alto el terror que grupos guerrilleros han infringido a la población en esta cruenta guerra.
Ante este panorama, se debe parar el conflicto, pero más allá de parar el conflicto se hace necesario y justo erradicar los factores que inciden en el surgimiento o crecimiento de los grupos armados y esto conlleva obligatoriamente a generar procesos de inclusión social, de ampliación de las libertades democráticas y de supresión del terrorismo de Estado, detonantes esenciales para, después de más de 60 años, continuarse asesinando entre sí.
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