Oscar Javier Forero
Economista
Recientemente el Presidente de la República ha
realizado un par de anuncios bastante significativos y que han generado
infinidad de comentarios, dudas y especulaciones por parte de quienes defienden
y quienes critican las medidas. Esta intervención por parte del Jefe de Estado
casi coincide con el “ajuste” en las estimaciones del Fondo Monetario
Internacional (FMI) sobre el panorama económico de 2018 para Venezuela: De
13.000% de inflación y 15% de caída del PIB estimados en enero del presente
año, pasó a pronosticar hasta 1.000.000% y 18% respectivamente.
Tal vez los puntos que generaron mayor
expectativa dentro de la población en general corresponden al anclaje del
naciente bolívar soberano (Bs S) a petros y a la reconversión monetaria. Aunque
el anuncio presidencial dejó muchas cosas en el aire que seguramente serán
aclaradas por la Vicepresidencia para el Área Económica, existen desde ya una
serie de apreciaciones que creo conveniente compartir:
Consideraciones
sobre el anclaje bolívar soberano (Bs S) a petros:
a.- Anclar el valor del bolívar al petro no es
tan fácil como se especula, detener el proceso de devaluación por un proceso de
revalorización de nuestra moneda es incluso de mayor complejidad, más cuando ni
siquiera contamos con algo básico y elemental de lo cual insistiré en este
artículo: La soberanía económica.
b.- Si bien los gobiernos son autónomos en determinar
el valor de su moneda con respecto al patrón de referencia mundial (dólar
norteamericano US$), esto debe contar con la aprobación y la confianza de los
diversos agentes que intervienen en el intercambio de ella. Dicha afirmación se
complementa al comprender que el bolívar, el dólar, el peso colombiano, el sol
peruano y todo el conjunto de monedas actuales son dinero fiduciario o dinero
FIAT.
c.- Los agentes a los cuales me refiero son
tanto internos como externos: Empresas, corporaciones, individuos, gobiernos e
instituciones.
d.- A la fecha el clima de confianza que hay
sobre la economía venezolana y sobre la eficiencia del gobierno en la toma de
decisiones que conlleven a frenar la crisis es muy cuestionada a nivel nacional
e internacional.
e.- Esto nos lleva a concluir que el valor de
las monedas no se decreta. El Estado puede colocarle un valor al nuevo bolívar
soberano anclado al petro, pero dicho valor no tendrá ninguna repercusión
cuando se pretenda efectuar la conversión a dólares o a cualquier otra moneda.
f.- Carlos Marx decía que “el oro circula porque tiene valor y el papel moneda tiene valor porque
circula”. Una moneda tendrá valor siempre y cuando circule, como
medio de intercambio, entre los agentes. Esto podemos evidenciarlo en los
billetes de 2, 5, 10, 20, 50 y 100 del antiguo cono monetario, que al dejar de
ser aceptados por los agentes dejaron de circular y por ende perdieron su
valor. Lo mismo ocurre con el petro. Mientras que el petro no circule no
tendrá valor, más allá del que le dé quien lo creo, es decir el gobierno.
g.- El petro no ha podido circular básicamente
porque no ha sido aceptado por ninguna Exchange: Kucoin, Bitfinex, Binance,
HitBTC, entre otras no han reconocido como cripto esta experiencia venezolana
principalmente por el temor a ser sancionadas por la administración Trump.
h.- A nivel interno el petro si podría
circular, pero sólo como medio de intercambio entre los ciudadanos y el
gobierno, a menos que el sector privado lo acepte.
i.- Es importante se entienda que aun cuando
algunos países han dado pasos para dejar a un lado el patrón dólar y volver al
patrón oro, esto no es tan fácil como en ocasiones se asevera. China, Rusia, la
India e Irán han dado pasos significativos para ello, impensables hace décadas,
pero aun así la hegemonía del dólar continuará por un buen par de años. Entre
otras cosas por las inmensas inversiones chinas, rusas e hindúes en los Estados
Unidos y viceversa. Pero, esto es harina de otro costal.
j.- La tendencia del bolívar soberano será la
misma de su antecesor el bolívar fuerte: La depreciación. A inicios de 2008,
con la eliminación de los tres ceros a la moneda el bolívar pasó a tasarse de
0,93 pesos colombianos por bolívar a 930 pesos por bolívar. 10 años después la
tasa de cambio que determinan en el Norte de Santander es de 0,00085 pesos por
bolívar (una depreciación superior a 110.000.000%). La tasa reconocida por el
Estado a través de las subastas de DICOM es de 0,025 y la que se maneja al
hacer la conversión con el dólar proveniente de remesas es de 0,00097 muy
cercana a la que determina Cúcuta. Todas dan fe de la terrible depreciación
sufrida, la peor del planeta.
k.- Al detallar estas consideraciones nos damos
cuenta que las estimaciones del FMI difícilmente se equivoquen. No obstante el
alto gobierno puede evitar semejante escenario, si solo si, toma acciones
efectivas para neutralizar a quienes violan nuestra soberanía económica.
Consideraciones
sobre la reconversión monetaria:
a.- Antes de poner en marcha la reconversión
monetaria era necesario impulsar un conjunto de medidas anti inflacionarias
para ir progresivamente deteniendo la espiral hiperinflacionaria. Actualmente
la escalada de precios va en ascenso, sin preverse una disminución en el corto
o mediano plazo. Lo que muy probablemente obligará a realizar otra reconversión
en aproximadamente un año.
b.- Es importante destacar que buena parte de
la hiperinflación, escasez, contrabando, y especulación se lleva a cabo dada la
creciente depreciación de la moneda, y que ésta, como ya se dijo, permanecerá
intacta siempre y cuando no se tomen acciones que conlleven a la recuperación
de nuestra arrebatada soberanía económica. En pocas palabras: Nuestro bolívar
no será soberano hasta tanto no sea nuestro Banco Central quien realmente
determine el valor de éste.
c.- Para recuperar nuestra soberanía económica
es apremiante denunciar al Estado colombiano ante organismos multilaterales e
instalar progresivamente un sistema financiero del lado venezolano que capte
los enormes flujos que circulan por la frontera.
d.- La salida de un nuevo cono monetaria no
significa la desaparición del contrabando de billetes. Al contrario, éste se
verá beneficiado pues requerirá de menos unidades de billetes para movilizar
mayor cantidad de dinero. Nuevamente me veo obligado a insistir en que no habrá
medida que funcione mientras no haya soberanía económica.
e.- El eliminar cinco en vez de tres ceros a la
moneda es acertado. De haberse realizado el proceso de reconversión como originalmente
estaba planteado, le habría dado nacimiento a un cono monetario ya muerto.
f.- La reconversión monetaria era una medida
necesaria, puesto que la hiperinflación ha venido dejando a kilómetros de
distancia el actual cono monetario, es perentorio recordar que a la fecha se
requieren dos billetes de 100.000 bs (el de más alta denominación) para pagar
un huevo y hasta 30 billetes para comprar un kilogramo de tomate.
g.- El hecho que sea una medida necesaria no
significa que no dejará secuelas. La tardanza en la toma de decisiones, por muy
buena que sea, tiene un costo político que profundizará la crisis. El
incremento de la gasolina es más que necesario, sin embargo ello no significa
que no repercutirá en disparar la inflación.
h.- A diferencia de lo que se cree la
reconversión monetaria disparará aún más la hiperinflación. ¿El motivo? La
moneda de más baja circulación será la de 0,50 Bs S, lo que equivale a 50.000
Bs actuales. Todo lo que se encuentre por debajo del valor de ese monto será
obligatoriamente ajustado al nuevo cono: Combustibles (gasolina, gasoil),
peajes, servicios (transporte, electricidad, agua, internet, telefonía),
algunas tasas, gravámenes e impuestos, incluyendo la unidad tributaria.
h.- Este incremento de combustibles y servicios,
entre otros, será aprovechado, como históricamente ha ocurrido, por el sector
privado para maximizar sus ganancias, impulsando de manera drástica los precios
hacia arriba.
i.- A diferencia de la reconversión realizada
en 2008, que se llevó a cabo en un año, este proceso se ha caracterizado por la
improvisación y el inmediatismo, a ello debemos sumarle la obvia ausencia de
campañas educativas que ayuden a la población a comprender las implicaciones de
la medida. Existe mucha confusión que, indudablemente, afectará con mayor énfasis
a los adultos mayores.
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