Para el caso especifico de las subclases, se observa durante la última semana que la que mayor incremento presenta es la de carnes, pescados, mariscos, leche y huevos, con - 15%, seguido por la subclase de frutas, verduras, hortalizas y leguminosas con – 5,34%, mientras la única subclase que presentó incremento fue la de cereales, grasas, azúcar, café, té y similares con + 13,71%. Mientras que a nivel general la subclase que mayor variación presenta es la de cereales, grasas, azúcar, café, té y similares con + 80,51%, seguido por verduras y frutas con 41,38% y carnes y derivados con 7%, esto último se debe a algunas características particulares: 1.- Los productos de la subclase de cereales, azúcar, grasas y demás se comercializan con productos empacados que provienen de las grandes cadenas de distribución de alimentos. 2.- Su fecha de caducidad o vencimiento es larga en el tiempo, además que no requieren refrigeración. 3.- Representan alimentos que no poseen sustitutos en las otras subclases. 4.- Representan alimentos esenciales para la dieta del venezolano.
De manera más detallada, los alimentos que mayor incremento de precios presentaron entre el 03 y el 10 de agosto corresponden a la subclase de frutas y hortalizas, sin embargo porcentualmente quien más creció fue la avena y sus derivados con 233,33%, siendo ya costumbre que las grandes cadenas de producción y distribución de alimentos esconden los productos, en este caso especifico la avena, para "justificar" su incremento.
En contraparte los alimentos que mayor reducción de precios presentaron con respecto a la última semana se encuentran encabezados por el atún -75% y la sardina -50% (sustitutos de la carne), las leguminosas (lenteja 28% y caraota 20%) y las carnes (mortadela -11%, hígado -09%, carne de pollo -08%), evidenciándose que la disminución en el consumo de estos alimentos obligó a bajar los precios de los establecimientos.
De manera general, es decir, desde el mes de mayo, quienes mayor incremento de precios han tenido son la pasta 400%, avena 275%, arveja 177%, café 136%, cambur 128%, ocúmo 125%, azúcar 100%, yuca 100% y caraota 100%, todas estas por encima del 100%, lo cual resulta evidentemente exponencial e injustificable.
Por su parte el atún, la guayaba y la sal presentaron una reducción de -70, -50 y -50% respectivamente, siendo relativamente bajos si lo comparamos con los alimentos que mayor incremento presentaron. Es decir, los alimentos que aumentan lo hacen con más intensidad que los que disminuyen.
Esta situación ha generado que el salario mínimo se mantenga alejado de las necesidades reales de ingreso de la población, pues a la fecha se requieren de 7,26 salarios mínimos para cubrir la canasta alimentaria, algo que evidentemente pueden, en las actuales circunstancias económicas, pocas familias de la ciudad.
Los precios de los alimentos no poseen ninguna justificación con respecto al exarcerbado incremento que presentan, si bien el dólar DICOM viene en franco aumento, el dólar paralelo viene en reducción, esta situación no se ha visto reflejada en el bolsillo del venezolano, pues los precios continúan galopantes con estimaciones poco alentadoras.
Este elevado valor de la canasta obliga a las familias reducir sus niveles de consumo,
inicialmente descapitalizándose o asumiendo deudas (por medio de tarjetas de
crédito por
ejemplo), posteriormente sustituyendo alimentos y en una tercera
fase priorizando necesidades de
subsistencia, lo cual podría conllevar, de no
tomarse los correctivos necesarios en que el actual
escenario conducirá a revertir los
avances logrados durante el período 1999-2014, pues son los
pobres y asalariados los principales sectores afectados.
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