Oscar Javier Forero Coronel

jueves, 6 de abril de 2017

El cinismo de la OEA en el continente y la carta democrática


Por: Oscar Javier Forero (*)
La Organización de Estados Americanos (OEA) ha puesto todo su empeño, su agenda y sus recursos para dedicarse a tratar el tema venezolano. La figura del Secretario General Luis Almagro ha encabezado los ataques contra la patria de Bolívar, infinidad de declaraciones, tuits y demás opiniones de este personaje llenan a diario la mediática internacional; a esta acción se han venido paulatinamente sumando Jefes de Estado, Cancilleres, Embajadores, políticos de renombre, reconocidos periodistas y hasta artistas, en una especie de “moda” que cada vez cobra más fuerza e intensidad. Hablar mal de Venezuela es una especie de requisito, de condición sine qua non para mantenerse en ese status quo llamado mass media.

La impresión que a simple vista se percibe, al colocar cualquier canal de noticias internacional o revisar algún medio de comunicación electrónico, es que el único país con crisis social a nivel latinoamericano y hasta mundial es Venezuela; la invocación de la “Carta Democrática Interamericana” es pan nuestro de cada día y los discursos de mandatarios (algunos hasta del ALBA) se han venido radicalizando: De la apuesta por el dialogo y el entendimiento a las acusaciones y la búsqueda de reacciones que generen el rompimiento de relaciones diplomáticas.

El panorama se asemeja mucho a la Cuba de 1962, con una OEA encabezando los ataques y con multiplicidad de países atacando, irrespetando la autodeterminación, generando hostilidad, rompiendo relaciones y hasta promoviendo la intervención militar extranjera como forma de reprimir a ese que tuvo el atrevimiento de “portarse mal” con el capital transnacional.

Es evidente que el trato hacia los demás países del continente no es el mismo que hacia Venezuela, pareciera que la supuesta indignación por la falta de libertades y la preocupación por la restricción de la democracia es aplicable solo en nuestro caso, pues las aberraciones que a diario ocurren en los demás países del continente americano en contra de los pueblos no gozan de la atención de la OEA y de su Secretario General, con el agravante de que la Organización de Estados Americanos en vez de buscarle soluciones dialogadas al conflicto lo que ha hecho es atizar las brasas que atentan contra la tranquilidad de la patria, llegando al extremo de suplir de manera descarada y rastrera a los grupos de oposición venezolanos.

La indiferencia de la OEA, Jefes de Estado, Cancilleres, Embajadores, políticos de renombre, reconocidos periodistas y hasta artistas por las constantes alteraciones al orden constitucional, social y económico que ocurre en los demás países del continente se debe a una clara razón: Son naciones que no se han salido de los “limites” permitidos por la estrategia geopolítica del imperialismo estadounidense.

Por esta y muchas otras razones, como por ejemplo ser permisivo con la instalación de bases norteamericanas, colaborar con la llegada constante y oportuna de repletos cargamentos de droga o gastar miles de millones de dólares en la compra de armas sobre todo si son fabricadas en Israel o en los Estados Unidos, es que la OEA y la “comunidad internacional” no mueven un dedo ante la escalada de acciones antipopulares que vienen beneficiando a unos pocos en detrimento de las mayorías.

De ofrecerse un trato igualitario y equitativo como debería de ocurrir, la OEA no solo debería estar atenta de Venezuela, sino de un sin fin de países que en los últimos años, por solo rememorar acciones recientes, han dado motivos para generar alertas internacionales que habrían salvado miles de víctimas producto del terrorismo de Estado, golpes parlamentarios y demás atentados contra la vida de los pueblos, veamos:

ANTIGUA Y BARBUDA: Paraíso fiscal que se dedica a lavar dineros provenientes de actividades ilícitas, principalmente narcotráfico, venta de armas, corrupción y evasión de impuestos, entre otros. Posee una estructura financiera y jurídica que entre otras cosas garantiza el secreto bancario lo cual perjudica económicamente a nuestros pueblos que se empobrecen en la misma medida que los ladrones de cuello blanco de enriquecen.

ARGENTINA: El revanchismo político se ha vuelto costumbre en este país desde la llegada al poder del empresario Mauricio Macri, quien superó la penosa cifra de 150.000 trabajadores despedidos de la administración pública. Protestas y cacerolazos han inundado las calles de las principales ciudades, sin embargo la OEA calla.

BAHAMAS: La reconocida organización internacional OXFAM calificó en su más reciente informe a las Bahamas como el 11° paraíso fiscal del mundo, en su informe señala que: El sistema fiscal para empresas en Bahamas se resume en una palabra: cero. (0% en el impuesto de sociedades y 0% sobre los dividendos o los royalties).

BARBADOS: Otro paraíso fiscal, calificado por OXFAM como el número 13 en el mundo, donde “gracias a sus bajos tipos impositivos y sus incentivos fiscales, se ha convertido también en el paraíso dorado de varias multinacionales”.

BELICE: El Estado de Belice es una monarquía constitucional, donde la Reina de Inglaterra está por encima de las leyes y del pueblo de manera vitalicia. La OEA jamas ha solicitado la aplicación de la Carta DEMOCRATICA Interamericana para este país.

BRASIL: La República Federativa de Brasil sufrió hace un par de meses un golpe parlamentario en el cual se destituyó de su cargo legitimo a la Presidenta Dilma Russef, instalándose de facto un gobierno liderado por Michele Temer. Las protestas, así como la represión contra los movimientos sociales han venido en aumento, no obstante la OEA brilló por su ausencia.

CHILE: La lucha de los movimientos estudiantiles por lograr la gratuidad de la educación y la reforma del sistema educativo (heredado de la dictadura de Pinochet) trajo como consecuencia una cruenta represión que en nada llamó la atención de la OEA.

COLOMBIA: En el año 2006 salió a la luz pública la alianza de hecho que existía entre el paramilitarismo y los principales partidos políticos, en especial el del Presidente de ese momento Álvaro Uribe Vélez (señalado por infinidad de informes como máximo jefe de las AUC), en total más de 26 senadores y 17 congresistas fueron condenados por pertenecer a grupos paramilitares, así como Ministros, Gobernadores, Alcaldes y hasta periodistas. El Jefe Paramilitar de ese momento Salvatore Mancuso llegó a afirmar de manera cínica que las AUC “dominaban el 35% del Congreso de la República”.

A finales de 2008 estalló en este país un escandalo de proporciones gigantes: Más de 5mil personas fueron asesinadas de manera extrajudicial por miembros de la fuerza pública para hacerlos pasar por guerrilleros caídos en combate y así cobrar onerosas recompensas.

Entre 2009 y 2014 se asesinaron 7 periodistas y otros 886 fueron amenazados de muerte en el mismo período de tiempo.

Entre 211 y 2015 fueron asesinados 105 lideres sindicales, muchos de ellos por el propio Estado colombiano.

Entre 2002 y 2016 fueron asesinados 558 lideres sociales, también muchos de ellos asesinados por el propio Estado.

Por último y por solo mencionar algunas cifras, en lo que va de año, y en especial desde la desmovilización de las FARC se han asesinado más de 30 dirigentes del movimiento social Marcha Patriótica y otros 400 han sufrido atentados o amenazas contra su vida.

En ninguno de estos casos, ni en las demás acciones que demuestran que Colombia es desde hace muchos años un Estado Fallido que pone en practica el terrorismo como política de Estado, la OEA se ha pronunciado.

ESTADOS UNIDOS: El artículo N° 03 de la Carta Democratica de la OEA establece que: “Son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales”. Además de que los Estados Unidos no son ni siquiera una democracia representativa, pues tan solo 538 personas eligen al Presidente de ese país (el 0,0002% de la población), también representan una amenaza no solo para el continente sino para el planeta entero: Guerras, robo descarado de riquezas, invasiones, hambre, drogas y desolación son sinónimo de los EE.UU, no obstante la OEA jamas ha dedicado una sola asamblea a tratar el tema.

MÉXICO:Pobre México, tan lejos de dios y tan cerca de los Estados Unidos”, esta frase que se le atribuye al Gnral Porfirio Díaz, resume la situación que padecen los más de 55 millones de pobres que sufren día a día los embates de un narco Estado que ha sido creado para satisfacer las demandas de consumo de su vecino norteamericano.

En el año 2014 ocurrió un hecho que da muestras del grado de descomposición de la institucionalidad mexicana: 43 estudiantes fueron retenidos de manera ilegal y entregados a cárteles del narcotráfico para su posterior asesinato.

Otro hecho más que obligante para la intervención de la OEA es el descubrimiento de cada vez más fosas comunes: A la fecha se han exhumado más de 10 mil cuerpos y se desconoce a ciencia cierta cuantos cadáveres más se encontraran.

PERÚ: Un país con un grave problema de institucionalidad: Corrupción, narcotráfico y terrorismo de Estado se entremezclan en una elite política. Recientemente, con el escandalo de Odebretch tres Expresidentes junto al Presidente en ejercicio, Senadores, Excandidatos Presidenciales y Ministros se vieron acusados por sobornos. Así como con Colombia y México, Perú forma el tridente de Estados fallidos de Latinoamerica sin que la OEA se haya percatado de ello.

PARAGUAY: La nación Guaraní sufrió en 2012 un golpe parlamentario muy semejante al ocurrido en Brasil, hubo represión, muertos, alteración del hilo constitucional e irrespeto a la voluntad del pueblo, su Presidente Fernando Lugo fue destituido con la anuencia de la mayoría dentro de la OEA.

Más recientemente se han generado nuevas violaciones a los derechos humanos y políticos del pueblo paraguayo donde abunda el clima de ingobernabilidad producto de la corrupción. Pese a la conflictiva situación la OEA y los medios de comunicación no tratan el asunto.

Solo los pueblos saben la cantidad de muertos, desaparecidos, torturados, exiliados e invisibilizados que la OEA ha podido evitar si presentara el mismo interés que aparenta en Venezuela. La estrategia geopolítica del imperio va destinada a recuperar los espacios pérdidos desde la llegada al poder de la Revolución Bolivariana, por eso necesitan enterrarla, pero para ello deben aislarla e intervenirla incluso militarmente si les fuera necesario. Naciones no mencionadas aquí, empecinadas en atacar a Venezuela como Honduras y Panamá presentan conflictos políticos, económicos y sociales que pretenden ocultar bajo el manto que genera la adhesión rastrera a las directrices del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Sin embargo la verdad prevalecerá, la lucha de los pueblos continuará y como recientemente lo dijo Evo Morales “Una OEA sumisa a EE.UU se extinguirá”.

(*) Economista e Investigador.
Twitter: @Oscar_forero83
Sugerencias y comentarios: Oscarjforero83@hotmail.com

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